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El futuro es hoy > UCT


No siempre se entiende, no siempre se alcanza a advertir. Vivimos el hoy, el presente, y quizás no lo habíamos preparado, llegó no más.

Ayer, anteayer, trasanteayer, ya fue, ya sucedió. Hoy, es presente, lo vivo, lo vivimos. Pero mañana, lo por venir, se acerca, veloz, a prisa.

La línea del tiempo es una línea, literalmente. Es un continuum, no es segmentada. Antes, algunos años ha, el ciclo diario se medía por medio del ciclo de luz solar, más o menos. El acontecer laboral se medía así, ya al caer la tarde se tornaban las puertas, se bajaban las cortinas del comercio, se encendían los faroles de luz de las calles y se encendían las luces (antes las velas) en las casas. No había comercio después de ese horario, por ejemplo. Ahora, y no poco tampoco, el ciclo laboral se estira y se estira, y compiten los grandes y los chicos en los cierres de sus ventas; algunos ni cierran, por ejemplo, los expendios de bebidas espirituosas, que en ciudades capitales cuentan con “servicio de urgencia”, las 24 horas. Y la comodidad es mayor, se hacen pedidos desde un teléfono y llega en minutos a la casa.

Y lo que relato ocurre no solo de lunes a viernes, ya abarca el sábado, y en el caso de los grandes comercios, ocupa el domingo. Se puede decir entonces que es 24/7. Sé que exagero, pero en las polis, me acerco a la realidad.

El futuro es hoy, y no le podemos fallar. Es en momentos de tambaleo que debemos poner todas las voluntades, todo el ñeque, toda la creatividad, toda la inteligencia, y no solo en favor propio si no de los demás.

El futuro es hoy, y no es teniendo más, sino siendo más. La educación es clave en este empeño. Quien se compromete más en aprender está en la senda correcta. Tomar un libro, leer, leer información, leer cuentos, novelas, cultivar sus aptitudes creativas, equivocarse para aprender, y no me refiero a la educación con matrícula, con notas, esta vez la educación tiene que ver con el cultivo, el desarrollo de nuestras capacidades, las que nos inquietan, conmueven, que exigen ejercicio, desenvolvimiento, práctica. Y no todo requiere matrícula, costos significativos, o certificación. Este crecimiento no ocupa espacio.

El futuro es hoy y es nuestro. Si siempre esperáramos de otro el puntapié inicial, es posible que nunca comencemos. Es nuestro el devenir, de nadie más. Inscribámonos hoy, mañana es tarde.

Algunas sugerencias. Haz todo aquello que sabes hacer bien. Ama tu trabajo. Ten curiosidad por todo lo que te rodea. No te aísles. Júntate con todos los que quieres. Márcate objetivos. Acaba lo que empezaste. Ayuda a los demás.

Olvídate por un día de las noticias. Visita un museo. Haz ejercicio. Escucha música. Mantente en contacto con la naturaleza. Procura dormir bien. Lee. Programa un plan realista. No te compares con los demás. Acepta que la vida tiene momentos buenos y malos. Piensa cada noche en las cosas buenas que te han sucedido hoy. Deja que entren las buenas ideas. Cree en ti. Sé amable. No dejes que te obsesionen los pensamientos negativos. Céntrate en crear lo que deseas. Dedica tiempo simplemente a divertirte. Da las gracias a las personas que te enseñan, que te apoyan, que te animan. No lo olvides… el dinero no puede comprar la felicidad. Ofrece lo que ya no necesites a quienes sí puedan necesitarlo. Valora quién eres en este momento. Forma parte de un grupo. Ama a la Madre tierra. No pierdas la esperanza. Permanece junto a tus amigos y tu familia. Aprecia lo que tienes. Nunca dejes de aprender. Nunca sabes lo que el mañana te puede traer. (Ideas tomadas del libro BE HAPPY, de Monica Seehan).

No hay más que inscribirse en algunas de estas tareas, son sencillas, posibles, no son necesarias de estudiar, solo asumirlas. ¡Éxito!





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