El encuentro, realizado en el marco del centenario diocesano, articuló reflexión teológica y compromiso territorial con varias Parroquias de Malleco y Cautín.
La Escuela de Invierno organizada por el Equipo de Formación de la Diócesis San José de Temuco se consolidó como una instancia de formación que permitió a los agentes pastorales del territorio profundizar en los fundamentos de su misión, releer la historia eclesial desde una perspectiva comunitaria y abordar los desafíos que plantea la videncia de la fe en la sociedad actual.
La actividad reunió a más de 160 participantes de parroquias urbanas y rurales de las comunas de Victoria, Temuco, Nueva Imperial, Lautaro, Carahue, Angol, Ercilla, Cholchol, Collipulli y Vilcún a través de talleres y exposiciones que fortalecieron el discernimiento pastoral desde una mirada crítica y esperanzadora.
Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, obispo de Temuco, valoró profundamente esta instancia formativa, al señalar que “escuchar a Jesús y profundizar en su conocimiento es una buena noticia para cada persona”. También sostuvo que este tipo de iniciativas fortalecen el caminar diocesano, porque “es una oportunidad para conocerlo más a Él y tenerlo como el tesoro de la vida”.
El Padre Jorge Gutiérrez Mieres, vicedecano de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosofía de la UCT y coordinador del equipo organizador, explicó que la actividad “consiste especialmente en un intento por vincular el quehacer pastoral de nuestras parroquias con los espacios y oportunidades que nos ofrece la Universidad”.
Congreso
La propuesta formativa respondió a inquietudes recogidas en versiones anteriores, tal como el encuentro realizado a principios de año en la Escuela de Verano, en el marco de la celebración del centenario de la Diócesis y las nuevas Orientaciones Pastorales 2024-2028.
Así lo explicó Daisy Lepiman, académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Administrativas UCT y encargada de logística del equipo organizador de este encuentro, quien destacó que “los temas que abordamos surgieron de las encuestas realizadas en la Escuela de Verano en un formato congreso, cuidando la participación y el acceso de quienes vienen desde lugares más alejados”.
Monseñor Gonzalo Bravo Álvarez, obispo de San Felipe de Aconcagua, valoró la jornada formativa señalando que “la Biblia es fuente de inspiración, de revelación y de dimensión pastoral para la misión, ya que nos ayuda en la lectura personal y comunitaria de la evangelización”. Igualmente, expresó su gratitud por la participación “al ver tanta gente reunida, viniendo de distintos lugares, habla de una Iglesia viva, de agentes pastorales comprometidos“.
Entre los participantes que viajaron desde zonas más alejadas estuvo María Isabel Quirós, agente pastoral de la Parroquia San Buenaventura de Angol, quien asistió junto a Virginia Bascur, de la Parroquia San Juan Bautista de Huequén. Quirós valoró profundamente el sentido de unidad que promueve este tipo de iniciativas, al señalar que “estemos todos unidos como diócesis en el amor del Señor y celebrando este jubileo, que es una experiencia maravillosa”. También expresó su gratitud por la oportunidad de participar en la actividad, destacando que “llegar a la universidad fue algo muy bonito, ya que no la conocía por dentro y estar aquí es un privilegio“.