Más de 30 jefes de Unidad Técnico Pedagógica de escuelas municipales y particulares subvencionadas de La Araucanía se reunieron en el Campus San Juan Pablo II de la Universidad Católica de Temuco para participar en un taller del programa Sumo Primero, una instancia que cruzó la matemática con la vocación por enseñar mejor.
No es solo sumar y restar
Durante la jornada, los participantes exploraron textos escolares del programa Sumo Primero, pero también algo más profundo: cómo convertir ese material en una herramienta de gestión, apoyo y acompañamiento para los docentes en el aula. La matemática, entendida aquí como un camino para pensar, representar, reflexionar y, sobre todo, aprender.
“No es solo un libro con ejercicios, tiene una propuesta didáctica que ayuda a los estudiantes a pensar, a reflexionar sobre cómo están aprendiendo”, explicó Nayadet Barrientos, encargada UTP de la Escuela Pedro Aguirre Cerda de Nuevo Imperial, en zona rural. “Este año llegaron los textos al sector básico y se han implementado muy bien. Los niños han avanzado, y lo interesante es que ellos mismos van eligiendo qué forma les resulta más fácil para resolver un problema”, agregó.
Desde el aula hasta la gestión
El taller fue guiado por Noemí Cárcamo, académica de la Facultad de Educación de la UC Temuco, quien explicó que la iniciativa no es una metodología de moda, sino parte de una política educativa nacional.
“Esto busca apoyar al profesorado y a las comunidades escolares con un recurso valioso que fortalece los aprendizajes matemáticos. Los jefes UTP que vinieron fueron convocados desde distintas comunas de La Araucanía, pero esto se está haciendo a nivel país”, dijo la experta.
Desde la pizarra hasta las decisiones pedagógicas, todo puede mejorar cuando se trabaja en conjunto. Esa fue una de las claves del encuentro: entregar herramientas no solo para enseñar mejor, sino también para liderar mejor los procesos educativos.
En ese mismo aspecto, Vanessa Herrera, profesora de matemática y formadora de docentes, explicó que la intención del taller fue invitar a los equipos técnicos a mirar el texto con otros ojos.
“Queríamos que comprendieran cómo están estructuradas las actividades del texto y cómo eso puede ayudarlos en su labor de acompañamiento. No se trata solo de tener el libro, sino de saber usarlo para apoyar a quienes están en el aula”, comentó Herrera el finalizar la jornada.
Además del análisis de las actividades didácticas, el encuentro permitió revisar orientaciones y lineamientos clave para que el uso del libro se integre de forma estratégica a la gestión pedagógica. Desde cómo organizar una clase hasta cómo monitorear avances y retroalimentar a los docentes, Sumo Primero se presentó como una brújula para el trabajo técnico en las escuelas.