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Alumnos de Liceo de Teodoro Schmidt conocen y reciben impresora 3D para su educación > UCT


En el marco del lanzamiento de una nueva edición del programa Savialab, los estudiantes de liceo vulnerable recibirán el apoyo de la UCT y la Fundación para la Innovación Agraria, FIA.

La insignia del Liceo Barros Arana de Teodoro Schmidt, fue el primer objeto tridimensional en ser impreso por los mismos estudiantes del establecimiento, tras recibir su primera impresora 3D.

Un hecho que marca un hito para los más de doscientos alumnos que asisten diariamente a sus clases en un contexto mayoritariamente rural.

Las impresoras 3D son máquinas capaces de crear piezas, figuras y objetos con volumen (alto, ancho y largo) partiendo previamente de un diseño realizado por ordenador con un programa CAD. Este tipo de máquinas surgen con la idea de convertir archivos digitales en prototipos reales. Comúnmente, se ha utilizado en la realización de piezas o componentes, en sectores como la arquitectura y el diseño industrial.

“Nunca había visto una impresora de estas y ahora tenemos una en el mismo liceo. Yo creo que nos va a servir para los cultivos que tenemos y para los maceteros de las plantas, ese tipo de cosas” dijo Felipe Bravo, estudiante de séptimo año.

IMPACTO

Teodoro Schmidt es una comuna con unos 15 mil habitantes y una ruralidad estimada en 64%, según datos del INE. La pobreza multidimensional afecta al 36% y un 53% de los habitantes se identifica con algún pueblo originario, preferentemente mapuche, de acuerdo a antecedentes de Desarrollo Social y la Biblioteca del Congreso.

El Liceo Barros Arana tiene su origen en la Escuela Fiscal 29, fundada en 1959, cuenta con una matrícula fluctuante de alrededor de 200 estudiantes, pertenecientes a un estrato social medio-bajo, con un índice de Vulnerabilidad Escolar sobre el 98%, tanto en Educación Básica como en Educación Media, teniendo un 85,5% de estudiantes prioritarios.

En su mayoría la ocupación de los padres corresponde a obreros temporales, padres, madres desocupados y/o madres dueñas de casa. Como es característico de la comuna, existe un alto porcentaje de población de origen mapuche.

Los estudiantes que asisten al Liceo provienen de sectores mayoritariamente rurales de la comuna de Teodoro Schmidt y comunas vecinas como Freire y Nueva Imperial, para lo cual se cuenta con transporte escolar diario.

Por eso, el impacto de las tecnologías en la vida cotidiana y en la educación puede ser mayúsculo.

Gloria Quilaqueo, directora del liceo, comentó que esta adjudicación significa un gran estímulo tanto para los estudiantes como para el cuerpo docente.

“Nunca imaginamos que tendríamos este tipo de implementos en el liceo y además entregado por las autoridades. Ha sido todo muy sorpresivo pero gratificante”.

La iniciativa forma parte de la alianza estratégica firmada por el Fondo para la Innovación Agraria (FIA) y la Universidad Católica de Temuco, en conjunto con liceos y colegios de la región, donde se busca promover la innovación temprana y la sana competencia entre pares.

Esta es la primera vez que la iniciativa cuenta con la participación del Liceo Barros Arana, es por ello, que causó gran impresión que el lanzamiento se realizara en estas mismas aulas.

Tras el anuncio, Ignacia Alarcón, alumna de segundo año medio, reconoció su interés por ser parte de la presente versión del concurso y admitió estar expectante con los resultados.

“Nunca antes habíamos escuchado de este concurso, pero tenemos muchas ganas de participar. Yo creo que nos puede ir bien, porque igual el profesor Gustavo ya conoce sobre este programa y eso va a ser de mucha ayuda”, dijo la estudiante.

BUENOS RESULTADOS

Todos los años, la Fundación para la Innovación Agraria FIA, invita a distintas comunidades escolares regionales a participar en SaviaLab. La metodología SaviaLab contempla 6 etapas. La primera de ellas se desarrolla de manera individual a fin de preparar a cada estudiante para innovar. Luego, se forman equipos para desarrollar un proyecto de innovación temprana, identificando las dolencias de cada territorio para proponer soluciones.

Además de la experiencia adquirida, se premia y reconoce el trabajo de cada equipo ganador a través de la entrega de productos tecnológicos para docentes, estudiantes y el establecimiento participante.

No ha sido tarea fácil sacar a flote este programa, mientras comenzaba a ejecutarse por primera vez, la pandemia interrumpió los planes y supuso un desafío mayúsculo para la organización, que de igual manera llegó a instancias finales con ayuda de los docentes de cada liceo.

El director del Centro de Fortalecimiento Integral para las Capacidades Locales de la UCT, Fernando Meza, comentó las etapas que tendrá esta nueva edición y cuál es el itinerario preparado.

“Cada año es un nuevo desafío y para esta ocasión nos hemos preparado junto al Fondo de Innovación Agraria, para obtener buenos resultados. Inicialmente habrá una fase formativa, donde los participantes podrán explorar el entorno y luego una etapa de concurso, donde tendrán que prototipar algún diseño que permita dar solución a una problemática del territorio. Para ello, nosotros ponemos a disposición nuestros conocimientos como Universidad y obviamente preparamos espacios adecuados para los encuentros masivos que se realizan en el mismo programa”, afirmó el director.

Son más de cien estudiantes que ya se inscribieron en el concurso para esta versión 2023. Se trata de estudiantes de ocho comunas de la región y en su mayoría pertenecen a liceos agrícolas y de formación técnico-profesional.

Para participar de esta instancia, los establecimientos deben contar con al menos un docente previamente capacitado por Savialab para la ejecución y diseño de proyecto.

Galería visita SaviaLab a Liceo Público Barros Arana





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