Prensa UC Temuco » En la UC Temuco conmemoran Día Internacional de los DDHH
La ceremonia estuvo organizada por el INDH, la Agrupación dede Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de la región de La Araucanía y la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UC Temuco.
“Verdad, justicia y reparación a las víctimas del pasado y las del presente”. Con estas palabras cerró su intervención el jefe regional del INDH, Federico Aguirre en la ceremonia de reconocimiento a las y los trabajadores de Derechos Humanos del período 1973 a 1990 en Chile. Actividad organizada por su institución en conjunto con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de la región de La Araucanía y la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UC Temuco.
La ceremonia realizada en el Auditorium del Campus Menchaca Lira se inició con un minuto de silencio por las víctimas que perdieron la vida o sufrieron violaciones, abusos físicos y psicológicos y malos tratos a partir del 18 de octubre de este año. Para luego continuar con las palabras de Carlos Oliva Troncoso, quien a nombre de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de La Araucanía, señaló que “la memoria no es un acto nostálgico, es un acto de traspaso de vivencias, de emociones, que tiene que ver con la ética del ser humano para que cuando ocurran violaciones a los derechos humanos seamos capaces de reconocerlas, y denunciarlas en el momento”.
Por su parte, Magaly Cabrolié, decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UC Temuco, agregó que «este acto de reconocimiento a quienes trabajaron por la defensa de los Derechos Humanos en dictadura es también un reconocimiento a quienes, en estos días, están trabajando por defender los derechos humanos de quienes están ejerciendo su derecho a manifestarse en la calle».
Posteriormente, fue el Gran Canciller de la UC Temuco, Monseñor Héctor Vargas Bastidas, quien recordó el trabajo de uno de sus antecesores en la Diócesis San José de Temuco, Monseñor Sergio Contreras Navia, quien fue un férreo defensor de los Derechos Humanos en la región en el periodo de dictadura. “El Obispado de Temuco, que desde el quiebre de nuestra democracia en 1973 hasta su plena recuperación en 1990, cumplió un rol fundamental en el anuncio, protección y defensa de estos derechos fundamentales. Así tanto, esta Diócesis, como su recordado pastor don Sergio Contreras Navia ofrecieron un testimonio ejemplar respecto de las exigencias sociales del evangelio, en favor de la vida y la dignidad de todas las víctimas de atropellos o que se sentían amenazadas”.
La ceremonia continuó con la presentación de una investigación sistematizada a cargo del estudiante de Sociología, Gonzalo Caamaño, quien se encuentra realizando su practica profesional en el INDH de La Araucanía. Esta investigación se planteó como desafío el conocer como fue el trabajo de defensa y promoción de los derechos humanos a cargo de estudiantes y profesionales que se vincularon en dictadura, bajo el denominado Comité de Solidaridad y otras organizaciones civiles. El trabajo recoge información de la época, además de testimonios.
Finalmente, de manos de Carlos Oliva, Federico Aguirre y Magaly Cabrolié, recibieron el reconocimiento directamente o a través de algún familiar, Berta Toro Monje, Waldo Cueto Cueto, Coty Reyes Huichicoy, Mirta Tropa Jasimino, Nelson Gallegos, Gladys Rojas Ramírez, Alejandro Herrera, Fabiola Hernando, Eduardo Castillo, Renato Maturana, Luis Cáceres, Carlos Quintrimil, Ester Vargas, Maritza Eltit Spielmann, Gaby Cárcamo, Luis Peralta, Angelica Célis, Jaime Medina, Jorge Cerpa, Carmen Barra, Alfonso Zúñiga, Alfonso Melillán Montiel, Jorge Arancibia González, Eliana Cofré, Mario Rivas Díaz, Hernán Carrillo, Ana Llao, Antonieta Alvear, Teresa Diaz, Gonzalo Caamaño y Guillermo Díaz. Cabe señalar que, aquellas personas que por distintos motivos no pudieron participar de la actividad, la comisión quedó a cargo de hacerles llegar el obsequio elaborado por la ceramista mapuche, Yessica Huentemán que consiste en una avecilla de cerámica, que tiene grabado el mensaje “a pesar del miedo, teníamos muchos sueños”.
La actividad concluyó con un mizawun con el que los homenajeados y asistentes compartieron entre abrazos y recuerdos cargados humanidad.
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