un desafío necesario > UCT
Muchas veces nos sentimos invadidos de problemas de tipo financiero, emocional, familiar profesional, entre otros…, y no nos percatamos de la importancia de acariciarnos a nosotros mismos, con palabras o situaciones que nos lleven a valorarnos más. Desde este escenario, cobra sentido, el poder reflexionar este tipo de cuestiones que son claves para sentirnos bien con nosotros mismos y disfrutar la vida de una manera más consciente. Por ello, es imperativo y necesario favorecer nuestro bienestar personal.
Se sabe que el bienestar es una habilidad que tributa a una satisfacción personal en todas sus dimensiones, en concreto, es sentirse bien consigo mismo. Incluso, la literatura divide el bienestar en; objetivo y subjetivo. El primero respondiendo a aspectos de tipo más material, físico y social, y el segundo de cohorte más emocional.
Particularmente, éste último, en estos tiempos suscita un fuerte interés ya que se relaciona a aspectos más personales, como; el optimismo, la autoeficacia, el compromiso personal etc…En estricto rigor, elementos que muchas veces no se abordan explícitamente, así como tampoco se trabajan.
Por tanto, a partir de lo mencionado, surge una pregunta interesante ¿se puede aprender el bienestar personal subjetivo?, la respuesta es afirmativa, por ello nutrirnos de este tipo de bienestar en la actualidad es todo un desafío.
Para avanzar en esta tarea, creo que amerita tener nuestro propio kit básico con herramientas intencionadas que me hagan sentir bien. Algunas sugerencias son: dormir las horas necesarias según nuestra edad para tener un sueño reparador; comer sano, lo que involucra buscar alimentos que puedan aportarme a mi calidad de vida con nutrientes apropiados; hacer ejercicio, este tipo de actividades ayudan a generar dopamina, serotonina y endorfinas, neurotransmisores relevantes para la generación de una sensación placentera; tomar agua diariamente, aumenta la energía de nuestro cuerpo sintiéndonos más activos; ejercitar la mentalidad de crecimiento, una manera de ver la vida de forma más flexible y provechosa, en donde la inteligencia se puede desarrollar, por ejemplo, percibiendo los problemas como una oportunidad de aprendizaje; y por último enfrentar la vida con una actitud positiva, siendo optimista ante los hechos que acontezcan cotidianamente.
En definitiva, el llamado es a validar y poner en práctica este tipo de acciones que sin duda alguna nos ayudaran a mirar la vida con otros ojos.